
“Desde que estoy en el hipismo no creo que haya uno que se parezca a My Own Business”
La historia es conocidísima, pero el buen fanático nunca se cansa de escucharla: Una vez Rocco Sebastiani y Hugo Albarrán le dijeron que escogiera un caballo entre una potra y un potro que iban a debutar.
Antonio Bellardi escogió al potro pero lo seleccionótambién Juan Carlos Ávila. La coincidencia en la selección llevó a Rocco y a Hugo a decidir a quién darle prioridad. Se la dieron a Bellardi
“A mí me dieron la prioridad de elegir y yo escogí al caballo My Own Business. Cuando tú eliges no sabes que el caballo va a ser un My Own Business, y el que te diga eso es un mentiroso. Esa habilidad no la tiene nadie”.
-¿Usted qué le vio al caballo?
“Era un caballo normal. Cuando intuyes que un caballo puede ser bueno, te guías por el pedigrí, el haras, en el físico, y cuando lo vas entrenando ves si es lo que se había pensando, pero no está sino hasta correr, ahí es donde se ve la verdad”.
-¿En qué momento supo usted que era un gran caballo?
“Cuando salió a trabajar, lo hacía espectacular. Sabía que tenía un gran caballo, pero no de esa magnitud”.
A don Antonio Bellardi le decimos que para el ser mejor caballo de la historia del hipismo nacional, a My Own Business quizá le faltaron dos logros: el primero haberse triplecoronado, lamentablemente estuvo a un tris. La segunda es que estuvo muy cerca de convertirse en el mayor ganador de carreras. Alcanzó 37, pero Gradisco conquistó 40.
“De los caballos que yo he visto, sin duda que el mejor es My Own Business, pero yo no viví la etapa de El Paraíso, que se habla de que hubo grandes caballos y no tengo ninguna duda que fue así. Pero desde que yo estoy en el hipismo no creo que haya uno que se le parezca a My Own Business. Es que fue contundente, y es un ídolo, la gente lo quiere, todavía preguntan por él.
-¿Y cómo evalúa el desarrollo de My Own Business como padrillo?
“Creo que es una maravilla”.
-Don Antonio, diríamos que su carrera puede ser un buen ejemplo de perseverancia. Tantos años trabajando como las hormiguitas hasta que llegó el momento en que los propietarios brindaron mejores oportunidades y se desarrollaron casos como el de My Own Business.
“Bueno, verdad que sí. Yo empecé a entrenar en el año 72 y ya vamos por más de 40 años. Me gusta este trabajo y siempre me ha ido bien. Lo más importante para tener éxito, además del trabajo, es tener el apoyo de los propietarios, y ahorita tengo un buen apoyo. Y sin duda alguna que My Own Business significó un cambio total, un antes y un después.
EL HIPISMO ROMÁNTICO
-De más de 40 años los primeros fueron más difíciles, ¿no?
“Antes la competencia era muy fuerte. Había muchos preparadores y había un cupo tope, no era nada sencillo”.
-¿Había mayor competencia en esos años?
“Sin ninguna duda. Las cuadras estaban muy equilibradas, por lo menos habían 20 ó 30 cuadras en las mismas condiciones, tenían sus caballos completos, su cupo completo de 50”.
-Antes de My Own Business, ¿qué caballo suyo le genera hoy grandes recuerdos?
“Son muchos. Tuve una yegua que era una maravilla, Tentada, que ganó el Fuerzas Armadas. Tuve a Agresivo, Trampa, Invencible, Filibustero… son muchos”.
-Usted pertenece a ese grupo que se han ganado un nombre y tienen un sitial privilegiado en la hípica venezolana, porque no muchos pueden darse el lujo de entrenar más de 30 años y siempre entre los mejores. ¿En qué ha cambiado el hipismo venezolano?
“En que ahora en las carreras se está más pendiente de la jugada, porque el mismo sistema lo obliga. Los tiempos cambian.
-Antes el interés se concentraba en el juego del 5 y 6.
“El 5 y 6 era el juego de las mayorías, pero todo va cambiando y ahora está muy competido, a veces los mismos dividendos no satisface al apostador”.
LA FAMILIA Y EL MAESTRO ZIADE
-Usted forma parte de una familia hípica numerosa: Marcos (herrero de la cuadra), Adone (jinete retirado), Mauro (entrenador fallecido este año) y Antonio. ¿Cómo es la relación, todos están pendientes de la cuadra?
“Sí, cómo no. Todos están muy pendientes, sin ninguna duda”.
Sobre su ingreso al hipismo, ello se debió a la amistad que unía a su padre con el inolvidable Millard Ziade, alias “no papierde con nadie” y uno de los entrenadores míticos de La Rinconada.
“Mi maestro fue Ziade, ese es un My Own Business de los preparadores, es irrepetible. Por ahí pasaron muchos: Daniel Pérez, Giovanni Contini. Yo me gradué con Carlos Regalado, Fernado Parilli, Roy Zerpa, Rafael Alemán...
-Cuál fue la mejor enseñanza que le dejó su maestro.
“Que no había que inventar con un caballo, que hay que tener paciencia hasta que tú le puedas desarrollar lo que tienen adentro”.
-De los jinetes de antes, ¿Moreira?
“Antes era casi un juego de baraja, había muchos jockeys con una calidad impresionante. Acuérdense que cuando entonces los premios de La Rinconadaeran considerados los mejores del mundo, y aquí vinieron jockeys de primera línea, los del Sur, de Chile, Panamá. Aquí eran unos fenómenos. De aquí salieron jinetes brillantes.
-¿Y con quién hacía mejor llave?
“Con mi hermano Adone. Él corría donde sea, lo que pasa es que los caballos que yo entreno, no quiere decir que sean todos, son animales que uno trata de que sean atropelladores, creo que les consigues más partido. A menos que tenga una velocidad natural, pero no se la provoco yo. Si la tiene se le aprovecha, pero hasta ahí.
-En esos años la estadística era mucho más peleada.
“Ahorita ha mermado un poquito, y Jaramillo no hay duda de que es muy buen jockey. Los preparadores y propietarios cuando tienen un caballo, no importa que haya corrido con otros, prefieren dárselo a Jaramillo, y mientras siga eso creo que va a ser muy difícil ganárselo.
“Yo creo que ahora los jockeys, por esa misma cuestión de que la mayoría de las montas están monopolizadas por Jaramillo, yo sí veo que no se esmeran, son muy pocos los que trabajan con constancia. Antes los jinetes desde el martes trabajaban primero y segundo turno, ahora un jockey tú lo ves el día de la carrera, y uno se preocupa si le pasó algo, o si está en condiciones, pero bueno, ese es el sistema, si te pones a buscar uno que no sea así te quedas sin jockey. Antes se graduaban de la escuela de jinete 6 ó 7, ahora se gradúan 40.
-¿Qué le falta a Antonio Bellardi?
Seguir como voy, que sigan creyendo en mí, que Antonio Bellardi no los va a defraudar, tanto mis amigos como los propietarios. Yo sí creo que no he perdido mi tiempo.
A don Antonio siempre se le consigue en la cuadra 34, donde nunca falta un cafecito para los visitantes. Pasa la mayor parte del día en el hipódromo. “Aquí mando yo, en la casa no”. Aunque su aspecto de seriedad diga lo contrario, en su cotidianidad siempre está presente un comentario jocoso.
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