Cuando suena el teléfono y nuestros hijos no están en casa, puede sonar una alarma en nuestro interior y lo primero que se nos viene a la cabeza es un ruego, "por Dios, que estén bien". Cuando tu hija adolescente te suelta un "mamá, tenemos que hablar", sabes que nada bueno puede estar por pasar. A medida que nuestros hijos crecen, y empiezan a explorar el mundo con libertad, están expuestos a experiencias que no siempre pueden llegar a tener finales felices.
Por eso, hoy EntrePadres te propone reflexionar sobre algunas de las cosas que nunca desearíamos escuchar de nuestros hijos.
"Mamá, estoy en el hospital"
No puedes entenderlo. Tu hijo te había pedido permiso para salir con sus amigos, aprovechando que uno de ellos ya tiene su licencia de conducir. Iba a ser una salida inocente, divertida, un juego de pool y el encuentro con unas chicas. Suena el teléfono, y tu hijo te dice que está en el hospital, porque su amigo, el que manejaba, tomó alcohol y perdió el control del auto. No hay heridos graves, pero tu corazón aún no logra recuperarse.
Hablar con nuestros hijos acerca del consumo de alcohol y sus consecuencias debe ser un tema de conversación habitual con nuestros hijos adolescentes.
"Mamá, estoy embarazada"
Traer un hijo al mundo es una responsabilidad para toda la vida, que ocupa las 24 horas del día. Por eso, es importante que hablemos abiertamente con nuestras hijas adolescentes sobre sexo y profilaxis; que sepan que para ser madres hay que estar preparadas y tener la madurez suficiente.
"No es nada, me tropecé y me golpeé"
Tu hija se enamoró, y al principio todo iba bien. Sin embargo, con el tiempo notas que tu hija llora con frecuencia; discute seguido por teléfono con su novio; se aleja de sus amigas de siempre y se muestra bastante taciturna todo el tiempo.
Pero las cosas toman otro color, cuando descubres un moretón en su brazo. Si sospechas que tu hija puede estar viviendo un noviazgo violento, es hora de hacer algo. Pincha aquí para más información al respecto.
"Eso no es mío, se lo estoy guardando a un amigo"
Estás preparando la ropa para meterla en el lavarropas, y en el bolsillo del pantalón de tu hijo, descubres un paquete de cigarrillo o una bolsita con una hierba. Cuando le pides explicaciones, te dice que eso no es de él y que un amigo le pidió que se lo guardara.
A pesar de que siempre debemos creerles a nuestros hijos, la confianza mutua es importante para mantener un buen vínculo, tienes una señal para mantenerte alerta. Las adicciones, sumadas a la presión social, pueden ser muy tentadoras. Pincha aquí si quieres saber más sobre este tema.
Ojalá nunca tengamos que escuchar estas frases de la boca de nuestros hijos. Pero si la realidad nos golpea en la mejilla es bueno saber que siempre hay una alternativa, siempre podemos encontrar una salida como padres para ayudar a nuestros hijos. El principio de todo es construir una relación de confianza, fomentada por el diálogo y el mantenernos alertas y atentos a los cambios en nuestros hijos.
Fuente: iMujer
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