Investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech), en Estados Unidos, están investigando un nuevo tratamiento potencialmente transformador para el autismo y otros trastornos del neurodesarrollo mediante terapia probiótica. Se ha demostrado previamente que la microbiota intestinal influye en el comportamiento social y emocional de los autistas, pero este trabajo, publicado en la edición digital de este jueves de 'Cell', plantea que los cambios en estas bacterias del intestino pueden influir en los comportamientos parecidos al autismo en un modelo de ratón.
"La investigación tradicional ha estudiado el autismo como un trastorno genético y un trastorno del cerebro, pero nuestro trabajo muestra que las bacterias del intestino pueden contribuir a los síntomas de TEA de forma que antes no se conocía", dice el profesor de Biología Sarkis K. Mazmanian, señalando que la fisiología intestinal parece tener efectos en lo que se ha asumido que son funciones del cerebro.
El trastorno del espectro autista (TEA) se diagnostica cuando los individuos exhiben comportamientos característicos que incluyen acciones repetitivas, disminución de las interacciones sociales y deterioro de la comunicación. Curiosamente, muchas personas con TEA también sufren de problemas gastrointestinales (GI), como calambres abdominales y estreñimiento.
Para estudiar esta interacción entre la microbiota intestinal, la comunidad de bacterias que pueblan el tracto gastrointestinal humano, y el cerebro, los científicos usaron un modelo de ratón de autismo desarrollado previamente en Caltech en el laboratorio de Paul H. Patterson, Anne P. y Benjamin F. Biaggini, profesores de Ciencias Biológicas.
En los seres humanos con una infección viral grave, aumenta el riesgo de que una mujer embarazada dé a luz a un niño con autismo, un efecto que reprodujeron estos expertos en los ratones usando un imitador viral que provoca una respuesta inmune similar a la infección en la madre y síntomas de comportamiento básicas asociadas con el autismo en los hijos.
En el nuevo estudio, Mazmanian, Patterson y sus colegas hallaron que la descendencia "autista" de los ratones hembras inmuno-activadas preñadas también mostraron alteraciones gastrointestinales. En particular, los tractos gastrointestinales de los ratones autistas tenían "fugas", lo que significa que permitían al material pasar a través de la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo, una característica conocida como permeabilidad intestinal que e ha visto en algunos individuos autistas .
"Hasta donde sabemos, este es el primer informe de un modelo animal de autismo con disfunción GI", dice Elaine Hsiao, investigadora de Caltech y primera autor del estudio. Para ver si estos síntomas GI realmente influyeron en los comportamientos parecidos al autismo, los investigadores trataron a los ratones con 'Bacteroides fragilis', una bacteria que se ha usado como una terapia probiótica experimental en modelos animales de enfermedades gastrointestinales y que corrigió la permeabilidad intestinal.
Además, las observaciones de los ratones tratados mostraron que su comportamiento había cambiado, siendo más propensos a comunicarse con otros roedores, con una reducción de su ansiedad y con menos propensión a involucrarse en un comportamiento repetitivo de excavación.
Fuente: Globovision
Revisa la Guía de Comercios y
Servicios de Guárico y Aragua en: http://goo.gl/mWvmNB
Agréganos al Pin de BlackBerry 7B881787 y recibe noticias, artículos, información, clasificados y más en tu teléfono, un máximo de 5 mensajes al día.
0 comentarios:
Publicar un comentario