Existen dos tipos de espina bífida: la espina bífida oculta y la espina bífida abierta o quística. La oculta no muestra síntomas de malformación, lo que conlleva una detección tardía, al contrario que la abierta, que se aprecia claramente como un abultamiento en forma de quiste en la espalda. La gravedad de la malformación radica en que afecta tres de los principales sistemas del organismo: el sistema nervioso central, el aparato locomotor y el sistema genitourinario.
La espina bífida tiene como causa una combinación de factores genéticos y ambientales, tales como lafalta de ácido fólico antes de la concepción y la alteración del metabolismo a causa de ciertos fármacos. No obstante, la malformación no es hereditaria, de modo que quienes la padecen puede concebir sin riesgo.
Según estudios recientes, si todas las mujeres en edad fértil consumieran 0,4 miligramos de ácido fólico antes y durante el primer trimestre del embarazo, podrían reducir hasta en un 70 por ciento la probabilidad de que su hijo naciera con espina bífida. El ácido fólico se encuentra en las verduras de hoja verde (lechuga, espinacas) la carne, el hígado y los cereales.
Fuente: MuyInteresante
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