“Imagino una habitación cubierta con papel de pared electrónico programado para mostrar una serie de punturas de Van Gogh, y periódicos de papel enrollables que se reutilizan al día siguiente y muestran nuevas noticias cada día”, augura Zheng-Hong Lu, investigador de la Universidad de Toronto (Canadá) y creador de los diodos emisores de luz orgánica flexibles (FLOEDs, por sus siglas en inglés). Con ellos, asegura, todas las pantallas podrían ser reemplazadas por una fina película, ligera y transparente capaz de adaptarse a cualquier forma.
En el futuro también serán flexibles y enrollables los paneles solares. La firma DuPont, creadora de materiales hoy tan conocidos como el nylon, el teflón y el neopreno, apuesta por el uso de su última invención: el Kapton, un material incoloro ideal como sustrato para hacer módulos de teluro de cadmio fotovoltaicos tan delgados como una cartulina. Atributos no le faltan, ya que es 100 veces más fino y 2000 veces más ligero que el equivalente de vidrio usado hasta ahora en las placas solares, se transporta cómodamente enrollado, aguanta altísimas temperaturas y, usado para obtener energía, tiene el récord mundial de eficiencia de conversión de luz solar en electricidad.
Por su parte, ingenieros belgas han desarrollado una tecnología para implantar cualquier chip o sistema electrónico en un sustrato flexible. Bautizada como tecnología de empaquetamiento ultrafino (UTCP, por sus siglas en inglés) podría ser la base de los tejidos electrónicos del futuro, que nos permitirán llevar la música incorporada en la camisa, mostrar en el abrigo el nivel de humedad y la temperatura exterior, monitorizar la contaminación ambiental, ver en cualquier prenda deportiva cómo se acelera el latido cardíaco mientras practicamos ejercicio físico y cuál es la actividad muscular a través de un electromiograma, etc. Y todo añadiendo al algodón o el poliéster una película ligera con un grosor de solo 25 micras.
Fuente:Muyinteresante
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