Si bien es cierto que para ser un profesional competitivo debes desarrollar la excelencia, la proactividad y la innovación en tu campo, es necesario ponerte a tono con tus habilidades para negociar, destreza algo olvidada en la mayoría de las universidades.
Desde el punto de vista laboral, ¿No sería genial poder exigir asertivamente un salario justo? he aquí ocho tips que pueden ayudarte a conseguirlo:
1) Negocia desde el principio: Muchos tenemos miedo de hacer una propuesta al momento de la entrevista de trabajo, pero el establecer desde el principio una remuneración justa le da un indicio al empleador de que estamos conscientes del valor de nuestra experiencia y conocimientos. Incluso si no lo convences en ese momento, estarás sentando un precedente.
2) Ve preparado: Debes saber a ciencia cierta cuánto gana un profesional con tu experiencia y formación; no dejes de hacer una pequeña investigación en Google o mejor aún, en tu círculo de colegas para tener una idea sólida de tu valor en el mercado.
3) Sé tú mismo: La idea es que establezcas un salario justo para tí, no que te muestres agresivo o inconforme. Quien tiene la razón y está seguro de lo que está solicitando, no necesita usar una máscara de dureza o estrategias muy rebuscadas. Después de todo, lo estás solicitando por lo que eres, no por lo que pretendes ser.
4) Sé concreto y ve al grano: Pedir un aumento de sueldo no debería ser un acto avergonzante ni estresante. Si sabes lo que vales, no necesitas rodeos para decirlo; hacer una introducción al tema parecerá una antesala para malas noticias. El ser directo lo hace neutral, justo e impersonal.
5) Mantente visible: Hacer el trabajo a cabalidad, incluso más allá, nunca es suficiente. Debes hacer que la gente se entere y sepa que las cosas salen bien gracias a tí. No seas modesto; puedes creer que “brillarás a través de tu trabajo”, pero… no será así.
6) Consigue un aliado “arriba”: Es muy común que establezcas una relación estrecha de cooperación con un directivo que no necesariamente sea tu jefe. Posiblemente por gustos similares, inclusive por proyectos que los acerquen. No se trata de ser interesado, pero es una carta bajo la manga que no debes descartar; esa persona podría abogar por tí en caso de que le consulten si te mereces ese aumento.
7) Pide más de lo que esperas recibir: Como mínimo un 20% más; de esta manera tendrás espacio para negociar hasta el monto que habías considerado en un principio.
8) No te rindas demasiado pronto: Si bien negociar no es una destreza natural en la mayoría de nosotros, rendirnos ante la primera resistencia sería fracasar instantáneamente. Haz preguntas y averigua cuáles son los verdaderos argumentos de esa negación. Ataca a éstos y no a la persona, como diría el Método de Negociación de Harvard.
Fuente: LenguajeCorporal
1) Negocia desde el principio: Muchos tenemos miedo de hacer una propuesta al momento de la entrevista de trabajo, pero el establecer desde el principio una remuneración justa le da un indicio al empleador de que estamos conscientes del valor de nuestra experiencia y conocimientos. Incluso si no lo convences en ese momento, estarás sentando un precedente.
2) Ve preparado: Debes saber a ciencia cierta cuánto gana un profesional con tu experiencia y formación; no dejes de hacer una pequeña investigación en Google o mejor aún, en tu círculo de colegas para tener una idea sólida de tu valor en el mercado.
3) Sé tú mismo: La idea es que establezcas un salario justo para tí, no que te muestres agresivo o inconforme. Quien tiene la razón y está seguro de lo que está solicitando, no necesita usar una máscara de dureza o estrategias muy rebuscadas. Después de todo, lo estás solicitando por lo que eres, no por lo que pretendes ser.
4) Sé concreto y ve al grano: Pedir un aumento de sueldo no debería ser un acto avergonzante ni estresante. Si sabes lo que vales, no necesitas rodeos para decirlo; hacer una introducción al tema parecerá una antesala para malas noticias. El ser directo lo hace neutral, justo e impersonal.
5) Mantente visible: Hacer el trabajo a cabalidad, incluso más allá, nunca es suficiente. Debes hacer que la gente se entere y sepa que las cosas salen bien gracias a tí. No seas modesto; puedes creer que “brillarás a través de tu trabajo”, pero… no será así.
6) Consigue un aliado “arriba”: Es muy común que establezcas una relación estrecha de cooperación con un directivo que no necesariamente sea tu jefe. Posiblemente por gustos similares, inclusive por proyectos que los acerquen. No se trata de ser interesado, pero es una carta bajo la manga que no debes descartar; esa persona podría abogar por tí en caso de que le consulten si te mereces ese aumento.
7) Pide más de lo que esperas recibir: Como mínimo un 20% más; de esta manera tendrás espacio para negociar hasta el monto que habías considerado en un principio.
8) No te rindas demasiado pronto: Si bien negociar no es una destreza natural en la mayoría de nosotros, rendirnos ante la primera resistencia sería fracasar instantáneamente. Haz preguntas y averigua cuáles son los verdaderos argumentos de esa negación. Ataca a éstos y no a la persona, como diría el Método de Negociación de Harvard.
Fuente: LenguajeCorporal
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